jueves, 24 de mayo de 2018

Ganador del concurso de Google destacó aprendizaje por computadoras del Ceibal

Ganador del concurso de Google destacó aprendizaje por computadoras del Ceibal "Ignacio Rodríguez".

"El Ceibal me dió la herramienta; yo la supe aprovechar", comentó Ignacio Rodríguez, el estudiante de la UTU de Canelones de 14 años que ganó un concurso de programación de Google. Tras su primera XO escolar, Rodriguez recibió, en Secundaria, una computadora Magallanes "cómoda y rápida". En abril viajará a California como parte del premio donde podrá conversar con los ingenieros del gigante informático.

La competencia Google Code-in 2013, en la que participó el joven canario, se realizó entre el 18 de noviembre y el 6 de enero. Se trata de un concurso internacional que invita a jóvenes estudiantes de nivel preuniversitario de todo el mundo que tengan entre 13 y 17 años a participar en diversas categorías relacionadas con el desarrollo de software de código abierto.

La meta del concurso fue dar a los estudiantes la oportunidad de explorar los varios tipos de proyectos y tareas involucrados en el desarrollo de software de código abierto.
Google Code-In trabaja con organizaciones de código abierto que tienen experiencia en tutoría a los estudiantes universitarios, involucrando varios proyectos y tutores. Uno de ellos es Sugar Labs, a través del cual participó precisamente el estudiante de la UTU de Canelones, Ignacio Rodríguez.

La plataforma de aprendizaje Sugar es un entorno informático integrado de actividades diseñadas para ayudar a los niños a aprender juntos a través de medios dinámicos de expresión. En este caso Sugar Labs colabora con la programación del Plan Ceibal.

“Entramos en el concurso con una lista de tareas, cada tarea tiene un objetivo, un tiempo, no se sabe nunca cuál es el fin hasta que lo leés”, detalló el joven estudiante haciendo referencia a las pautas del concurso que involucraron programación, creación y edición de documentos, investigación de experiencia de usuario y diseño de interfaz de usuario o interacción.

En diálogo telefónico con la Secretaría de Comunicación de Presidencia, Rodríguez señaló especialmente que su primer contacto con una computadora fue a través del Plan Ceibal. “Yo recibí mi primera computadora en la escuela, en 5.° año, una XO verde, recuerdo que gracias a ella aprendí un montón y a través del Plan Ceibal tuve acceso a cosas nuevas”, sostuvo el joven informático.
Rodríguez contó que cuando niño no tenía acceso a una computadora y remarcó: “el Ceibal me dio la herramienta, yo la supe aprovechar”.

Este año el joven cursará cuarto grado de liceo en la UTU de Canelones, en la opción Bachillerato en Informática. Tiene la computadora Magallanes del Plan Ceibal, que se le entregan definitivamente a los liceales, y en su casa hay una PC fija que le compraron cuando pasó a segundo de liceo.

“Las dos computadoras que usé fueron las del Plan Ceibal, la de la escuela y la del liceo”, subrayó haciendo alusión a su preferencia por las terminales del Ceibal, que permiten una conexión rápida y movilizarse en lugar de la computadora recientemente instalada en su casa.

El joven quiso reconocer expresamente a Flavio Vanesse su profesor de informática de la UTU de San José, y su mentor en Python Joven, un grupo de programación que integran jóvenes entusiastas de la programación en torno al software libre de todo el país.

“El me enseño un montón y sin él no estaría acá aprendiendo y me sigue enseñando en el grupo”, insistió.
Consultado sobre este caso, el presidente del Plan Ceibal, Miguel Brechner, sostuvo que el Plan Ceibal le facilitó a miles y miles de niños una cantidad de actividades a las que no podían acceder.

“Nos llama la atención este chico porque es un gran destacado; es mérito de él, de sus docentes y de sus formadores y de todos los que lo apoyaron, pero hay muchos miles y miles que están haciendo cosas, tal vez no tan sofisticadas, pero muy variadas y muy diferente a lo que alguna vez hubieran podido hacer sino hubiera estado el Ceibal”, manifestó.

Brechner dijo que los niños y jóvenes sacan fotos y difunden en los blogs y preguntó ¿Cómo harían para sacar fotos y subir a blogs esos niños de ciertos quintiles de la población que no tiene computadora ni Internet? “Hoy, para todos nosotros, es obvio que los niños tienen derecho a tener una computadora pero eso no es así en la mayoría de los países del mundo”, subrayó.

Mediante otro ejemplo, recordó que el Plan Ceibal realizó, en 2013, un concurso masivo de programación para jóvenes de 14 a 17 años para programar videojuegos. En menos de un día y medio llenaron el cupo de mil estudiantes.

Por eso, para el 2014 el programa abrirá un cupo de 5 a 10 mil estudiantes.”O sea, que hay mucha avidez en los niños y jóvenes en programar, dibujar y hacer animaciones. Ahí te das cuenta hasta donde llegaron; ahora hay que ayudarlos a llegar a más y para eso tenemos algunas estrategias”, concluyó.

Uruguayo descubrió error de Google y fue recompensado con US$ 10.000



Uruguayo descubrió error de Google y fue recompensado con US$ 10.000

Ezequiel en la oficina de Google en San Francisco. Foto: Gentileza del entrevistado.Hace algunos días, Google recompensó con US$ 10.000 a un adolescente uruguayo por haber descubierto un bug (error de software) en una de sus plataformas confidenciales.
Su nombre es Ezequiel Pereira, cursa el bachillerato de Informática en la Escuela Técnica de Buceo y cumplirá 18 años en septiembre. Según contó a El País, empezó a interesarse por el mundo de la informática cuando recibió su primera computadora XO del Plan Ceibal, en el año 2009, cursando cuarto año de escuela.

A partir de ahí empezó a meterse en el mundo de Linux, el sistema operativo de las XO, y su aprendizaje lo llevó a ponerse en contacto con el profesor Flavio Danesse, residente en San José. "Él me enseñó a programar", explicó.

Buceando en archivos confidenciales.

El descubrimiento que llevó a Ezequiel a ser premiado por el gigante de internet consistía en un error de seguridad que permitía acceder, sin necesidad de registro previo, a una página habilitada exclusivamente para empleados.

Ezequiel relató a El País que lleva un tiempo "buscando errores en Google" y que ya "había aprendido cómo funcionan algunas cosas", lo que lo llevó a investigar sobre el producto Google Cloud Console, que funciona para administrar aplicaciones en la nube.

Utilizando la plataforma Burp Suite, que permite comprobar la seguridad de aplicaciones web, Ezequiel descubrió que el código de Google Cloud Console incluye "referencias" a googleplex.com, el dominio "donde guardan aplicaciones internas de Google" y también a Google App Engine, el producto para que otros usuarios desarrollen sus apps.

Lo que hizo Ezequiel fue "pedirle un sitio de googleplex.com a Google App Engine", lo que efectivamente ocurrió. Luego, "buscando en googleplex.com encontré un montón de dominios en el listado de Google y encontré uno llamado yaqs.googleplex.com que me respondió sin pedirme que me logueé con una cuenta de empleado", es decir que pudo acceder a un sitio exclusivo para trabajadores de la empresa sin ingresar como usuario. 

Ese sitio "tenía algunos links hacia secciones de infraestructura. Abajo decía Google Confidential y era obvio que erra un error", explicó.

A pesar del hallazgo, el joven decidió no seguir investigando en el mundo interno de la compañía, ya que el "Google Vulnerability Reward Program", que otorga recompensas a quienes encuentran errores en sus sitios, lo prohíbe. "Una de las reglas es que si encontrás algo y es algo que no tenés que estar viendo, lo reportás enseguida y no te empezás a meter, porque si no, no es válido (el premio) y ya puede tener repercusiones (legales), señaló.

Un viaje a Google.

Ezequiel es uno de los pocos uruguayos que han podido conocer las instalaciones del gigante de internet en Estados Unidos. El joven dijo a El País que en el verano de 2015 fue parte de la competencia "Google Code In" y se ganó la posibilidad de hacer una visita a la compañía, lo que finalmente ocurrió en julio de 2016

Visitó Googleplex, el edificio principal de la empresa, ubicado en Santa Clara, California. "Es gracioso porque justo el error era de googleplex.com", dijo Ezequiel entre risas.

Destacó que el edificio "la comida es gratis para los empleados y sus invitados" y que le mostraron "un montón de estatuas de Android".

"También me mostraron una oficina que tienen en San Francisco, que no es tan grande ni diversa como la oficina central pero está buena", contó. Allí "tienen una sala secreta que se activa corriendo un marco, son medio juguetones".


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Un proyecto que acercó a cinco uruguayos a Google


Danesse destaca la importancia de mantener un grupo unido. Foto: Flavio Danesse

Un proyecto que acercó a cinco uruguayos a Google.


Python Joven enseña a programar a alumnos desde primero de liceo.

El hecho de que en los últimos cinco concursos de programación para adolescentes Google Code-In haya uruguayos entre los ganadores llama la atención. Más aún al descubrir que cinco primeros premios surgieron dePython Joven, un proyecto para aprender a programar con el software de las computadoras XO creado y llevado adelante por el docente Flavio Danesse.

Oriundo de San José, Danesse, de 45 años, es asistente de laboratorio de Informática en el liceo de Villa Rodríguez y también da clases en UTU. No tiene una "formación especial" ni es programador. "Lo mío es todo intuición", dijo a El País.

Cuando tenía 12 años comenzó un curso de informática, pero debió dejarlo por motivos económicos. "Lo que aprendí, lo aprendí por Internet cuando pude comprarme una computadora, ya de veterano", afirmó.



Se vinculó al Plan Ceibal cuando empezaron a entregarse las primeras XO en el interior, a través del programa RAPCeibal, en el que un grupo de voluntarios participaba en el reparto y enseñaba lo básico para su utilización. Allí descubrió que para "dar una mano" tenía que aprender a trabajar con el sistema Python, que era el que utilizaban esas computadoras.

Cuando comenzó el reparto en Montevideo, Danesse fue invitado a participar en Ceibal Jam, un grupo de desarrolladores para el sistema educativo uruguayo. La idea del proyecto "era desarrollar software libre para esas máquinas. Ahí fue donde empecé a aprender a programar en Python. Yo tenía un montón de gente, programadores, ingenieros y catedráticos, que podían ayudarme a aprender".

Al empezar a trabajar con Python, se dio cuenta de que podía enseñar a los jóvenes a hacerlo. "En psicología evolutiva, una cosa que enseñan es que los chiquilines de 12 años no tienen la madurez intelectual para aprender conocimientos tan abstractos como la programación. La idea era hacer un experimento. El promedio de los chiquilines de esa edad no puede adquirir el conocimiento pero no todos están dentro de un promedio", indicó. "Vos tenés un 80% de chiquilines en un nivel. Para un 10% va a ser difícil y para el otro 10% va a ser aburrido. Lo que hace el grupo es tratar de tomar a aquellos dentro de ese (primer) 10%. Si tienen la capacidad de aprender, les gusta y tienen la fortaleza necesaria para distraerse un tiempo, van a llegar a otro nivel", aseguró.

Con ese desafío comenzaron las clases, tomando alumnos de primer año de Secundaria en San José. En el primer grupo había entre 10 y 12 estudiantes. Entre ellos se encontraba Agustín Zubiaga, el primer ganador de Google Code-In, en 2012. Más adelante llegaron adolescentes que se contactaron con Danesse a través de Internet, como Ignacio Rodríguez, de Canelones, y Ezequiel Pereira, de Montevideo. Ambos participaron en la competencia de Google, ganaron (dos años consecutivos en el caso de Rodríguez) y visitaron las instalaciones de la empresa en California.

"Mi idea fue armar un grupo con los gurises que quieran, empezar a enseñarles y ver qué sucede", señaló Danesse, y agregó que luego de los dos primeros años se comprobó que "los resultados son muy buenos".

"Mi trabajo fue iniciarlos para que pudieran entender cómo programar, vincularlos y mantener el grupo junto, de forma que ellos pudieran hacer cosas. Lo mío fue el puntapié inicial y el sostenimiento del grupo. El resto es todo esfuerzo y dedicación de ellos", afirmó.

Indiferencia

"En ese momento la idea mía ya había pasado de un experimento a pensar que en algún momento, desde el sistema educativo y al reconocer los resultados, iban a tratar de masificar eso a nivel nacional. Pero se siguió haciendo a pulmón, en horarios extra, y (como) voluntarios", lamentó el docente.

"Estos nueve años demuestran lo que se puede lograr. El problema es que un profesor solo de informática va a sacar dos o tres alumnos por año, a los sumo". Por este motivo, Danesse pensó que "cuando Secundaria viera lo que se está haciendo con este grupo iban a preguntar cuál es la metodología, lo que se hace, si se puede hacer un proyecto a nivel nacional, pero nunca sucedió". Sin embargo, el docente consideró que "la forma en que funciona Secundaria tampoco da para hacer eso".

"Si llevo un proyecto de este tipo, lo que va a hacer Secundaria es decir vamos a asignar tantas horas semanales, tantos cargos de profesor para esto, y vamos a poner las horas a elección. Eso es lo que yo no quiero. Hacer eso es simplemente un gasto de plata. Este proyecto necesitaría profesores que sepan programar en Python, que acompañen durante todo el año a los chiquilines, realizar jornadas de encuentros cada tres o cuatro meses y ser sostenido por lo menos durante tres años", relató.

La intención del profesor era coordinar el proyecto, "no llevárselo a Secundaria", ya que el organismo "nunca se ocupó mucho del tema, solo están para sacarse la foto".

Tanto los alumnos que participaron en Python Joven como Danesse han colaborado con proyectos educativos de otras partes de América Latina. Entre ellos se encuentran conferencias en Argentina, Brasil y el Proyecto Transformando, organizado por la Agencia Nacional de Colombia para la Superación de la Pobreza Extrema.

Durante un año, Danesse, Ignacio Rodríguez y Cristian García (ganador de Google Code-In en 2016) trabajaron para ese proyecto, que continúa funcionando. En 2014, los tres viajaron a Colombia y participaron en un "hackatón", una jornada de experiencias en el desarrollo de software libre.

Otro encuentro del que participaron los estudiantes de Python Joven fue en Argentina: "Surgió por una invitación de Sugar Labs y Activity Central, una empresa relacionada con el desarrollo de Sugar, el entorno gráfico que utilizan las XO verdes".

En esa ocasión, Agustín Zubiaga y Cristhofer Travieso viajaron a la vecina orilla becados, junto a Danesse. Allí conocieron al equipo de desarrollo de Ubuntu, el sistema operativo basado en Linux que se distribuye commo software libre. También "conocieron al desarrollador de pilas-engine, que es un editor para enseñar a los niños a programar juegos, al de Ninja IDE, y a los de Sugar Labs". 


El docente afirmó que "ese tipo de experiencia para chiquilines de primero de liceo es sumamente impresionante, imaginate, salir del país, hacer un viaje en barco o avión, conocer a los desarrolladores de Ubuntu… Para uno es importante, imaginate para los chiquilines, es sumamente relevante e impactante. Eso causa un efecto posterior".


"En programación hay mucha cosa que está en inglés. El 90% (de los liceales), salvo que hayan empezado a los seis años con clases particulares ─que no es lo normal─, no saben inglés. Ellos aprenden por querer aprender informática. Quieren aprender a programar, se ven obligados a leer en inglés, entonces hacen el esfuerzo para aprender a programar, no por el inglés en sí. Con la matemática pasa lo mismo. 


Para desarrollar un juego donde tenés que manejar coordenadas, velocidad, ellos mismos se ven obligados a leer cosas de matemática".


"En la Facultad de Ingeniería, el 90% de los que entran no saben programar. Mientras que los chiquilines de este grupo, cuando llegan a la facultad escriben en tres, cuatro o cinco lenguajes diferentes".


"En el grupo nunca se permitió la entrada de adultos. Hay que comprobar que son chicos, que tienen la edad que dicen tener, si llegan (por la vía) online hay que corroborar eso"


"Google me invitó reiteradas veces a ser mentor del concurso (Google Code-In), pero no participé porque tenía a mis alumnos participando, me parecía que ser mentor mientras había un montón de grupos participando no era ético".


"Python Joven está probado, hay resultados a la vista, el tema es replicar eso. Yo sé que un profesor puede sacar, quizás, tres alumnos por año a ese nivel, ¿en Uruguay cuántos profesores de informática hay? El tema es que a esos profesores hay que prepararlos y después coordinarlos". 


"Este proyecto es para el área de Informática pero creo que se puede hacer con cualquier materia. Seguramente se pueda hacer lo mismo con Química, con Fïsica, con Matemática. Tenés que tener claro que si vos tenés 40 gurises en un salón, no van a salir 40 buenos en eso. El tema está en permitir que aprendan lo que ellos quieren. ¿Por qué los voy a tener seis años estudiando una cosa que ellos no quieren si el primer año ya saben lo que no quieren? Esos casos hay que tomarlos en cuenta y decirles ‘vos tenés que estudiar esto, tenés que saber esto cuando salgas del liceo, pero ¿querés aprender a programar? Bueno, tenés este taller que te va a acompañar durante los seis años’, y van a entrar a Facultad en otro nivel".


CEIBAL JAM Y LA BUROCRACIA.
"No se puede perder la conexión a internet".

El proyecto que introdujo a Flavio Danesse en el mundo de Python dejó de existir en 2013. El profesor cree que "se perdió esa oportunidad de tener un grupo de gente con energía, ganas y conocimiento", debido a lo que entiende como falta de apoyo institucional.

"Había gente como yo, que se arrimaba para aprender y aportar un poquito, pero había catedráticos universitarios, gente que hoy trabaja en Google, conocimos gente de Pixar, Wikipedia, Ubuntu, conocimos gente que nunca íbamos a conocer si no se hubiese dado eso, que fue el origen de Ceibal", relató. El problema, cuenta el docente, es que "no se valoró o no se quiso valorar, pero nunca se trató de sostener" lo generado a través de Ceibal Jam. Al haber desaparecido esa comunidad de software libre generada por la "efervescencia" del comienzo, "queda todo en manos de la institucionalidad, y ahí es donde aparece toda la burocracia".

Danesse sostiene que "en su momento, Ceibal fue una revolución desde todo punto de vista", lo que generó que se forme esa comunidad de software libre en torno al programa del gobierno.

"Antes de que se empezaran a repartir las máquinas, la gente se empezó a acumular, a decir yo quiero participar en esto, es una revolución educativa, hay que hacerlo, está buenísimo. El tema es que eso hay que apuntalarlo para mantenerlo en el tiempo. Y nunca se hizo", consideró.

El profesor maragato afirma que en la actualidad, "lo único que hace Ceibal es repartir máquinas y desarrollar algunas aplicaciones para el ámbito administrativo, para pasar la lista, para la libreta del profesor, para una biblioteca digital".
Las personas que integraban Ceibal Jam fueron retirándose del proyecto porque es lo que ocurre "si ven que el esfuerzo que dedican en su tiempo libre no es reconocido, no es tomado en cuenta".

Según Danesse, lo más importante hoy en día es que "no se puede perder la conexión a Internet".

 “Más de Danesse” y estas frases:


"Muchas veces la gente piensa (programar) que es ir a un curso a escuchar lo que te dicen y ya estás aprendiendo. Y Programación, se aprende programando. Lo que te dicen en un taller es el puntapié inicial para que investigues, metas mano y aprendas equivocándote".



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El adolescente uruguayo al que Google le pidió que deje de hackearlo

El adolescente uruguayo al que Google le pidió que deje de hackearlo

Ciberseguridad. Foto: Pixabay.Un adolescente uruguayo de 18 años fue premiado con US$ 36.000 por Google, luego de descubrir una falla que permitía acceder de forma remota a una aplicación que es solo para empleados de la empresa.
Se trata de Ezequiel Pereira López, el mismo joven que en agosto del año pasado halló un error por el que también fue recompensado, acogiéndose al "Google Vulnerability Reward Program", que otorga recompensas a quienes encuentran errores en sus sitios.

En esa ocasión, había descubierto una falla que permitía saltearse un mecanismo de seguridad para acceder, sin necesidad de registro previo, a Google Cloud Console ─que funciona para administrar aplicaciones en la nube─ y a Google App Engine ─la plataforma para que otros usuarios desarrollen sus apps─, desde donde se podía acceder a sitios web internos.

En esta ocasión, Ezequiel aprovechó un error que ya había reportado en diciembre de 2016 ─por el que también fue recompensado─ y que permaneció sin arreglar por más de un año para acceder a servicios internos de Google App Engine. Al acceder, se podían saltar limitaciones de la aplicación, ejecutar archivos y cambiar configuraciones, todo desde cualquier computadora y sin necesidad de acceder con una cuenta de empleado.

La exploración de Ezequiel dentro de las aplicaciones internas llegó a tal punto que Google tubo que pedirle que detuviera el hackeo, porque existía un riesgo real de romper el sistema.

Ezequiel tiene 18 años y comenzó a interesarse por el mundo de la informática en la escuela, cuando recibió su primera computadora XO del Plan Ceibal.

Tiempo después comenzó a participar del proyecto Python Joven, que encabeza el profesor Flavio Danesse, en el que se enseña a los jóvenes a programar.

En 2015 participó de la competencia "Google Code In" y ganó, al igual que otros alumnos de Danesse, la posibilidad de hacer una visita a las instalaciones de la empresa estadounidense.

Ezequiel finalizó el bachillerato de Informática en la Escuela Técnica (UTU) de Buceo y este año comenzó a estudiar en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República.


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